Nahuel Lag
Las masivas movilizaciones de las asambleas ciudadanas de Chubut, la concientización de años de debate social y la fundada posición de los organismos científicos y referentes académicos de la provincia deslegitiman el intento del gobierno de Mariano Arcioni de avanzar con una ley de zonificación minera, que cree un parche para no respetar la Ley 5001 e intentar imponer un proyecto megaminero en La Meseta a pedido de la multinacional Pan American Silver. Pero Arcioni también encontró resistencia en la estructura política provincial, el PJ de Chubut, presidido por Carlos Linares, que repitió públicamente su oposición al tratamiento del proyecto de zonificación minera ante cada paso que el gobernador intentó desde noviembre pasado.
“Esta ley, así como está, ponele la firma que el PJ no la va avalar. Ni esta ni ninguna otra ley que quieran sacar a las apuradas”, asegura Linares, en diálogo con Tierra Viva, y aunque considera que una ley sobre minería debe volver a tratarse en la provincia, exige que Arcioni retire el actual proyecto y se debata una norma “con el acompañamiento de la gente”. En ese tono, el titular del PJ considera que la Iniciativa Popular impulsada por las asambleas también debe ser tratada y señala que “es mentira que la minería es la única salvación para La Meseta”.
Cuando Arcioni convocó a sesiones extraordinarias para intentar aprobar la zonificación minera, el PJ de Chubut emitió un comunicado titulado “No es tiempo de apuros” en el que sostenía que “no se puede imponer una voluntad mínima por un capricho o interés sectorial por sobre la voluntad popular” y ratificaba la posición contraria al proyecto porque “no tiene licencia social”.
El gobernador de Chubut buscó reimpulsar el tratamiento del rechazado proyecto minero luego de una reunión en la Casa Rosada, el 21 de enero, con el presidente Alberto Fernández, que le sirvió de trampolín. Arcioni además ya ha expresado públicamente el respaldo recibido por parte del secretario de Minería, Alberto Hensel; y el ministro de la Producción, Matías Kulfas.
“Quisieron impulsar la zonificación minera, fueron a hablar con el Gobierno nacional y prometieron que tenían los votos. Nada de eso era real: no tenían los votos y las movilizaciones en la provincia son importantes”, explica Linares y agrega sobre la reunión que él tuvo con Alberto Fernández días después que Arcioni: “Le conté lo que pasaba, le conté la realidad y que esto iba a suceder”.
El gobernador de Chubut precisaba 14 votos positivos, sobre los 27 diputados que conforman la Legislatura, para conseguir la norma que habilite la megaminería. Sin embargo, de los 16 diputados del bloque oficialista Chubut Al Frente, cuatro están en contra de la norma —Leila Lloyd Jones, José Giménez, Tirso Chiquichano y Rossana Artero—e incluso algunos de ellos participaron de las marchas y denunciaron lobby minero. El oficialismo cuenta así con 12 votos más uno que proviene del PRO: Sebastián López, que saltó a la fama por una cámara oculta en la que pedía “arriba de 100 lucas” para operar a favor de las mineras.
— El Gobierno de Arcioni había convocado una sesión extraordinaria para tratar la zonificación minera para este viernes sabiendo que estaban convocadas movilizaciones en toda la provincia un día antes, lo que parecía una posición desafiante, pero finalmente sus propios legisladores suspendieron la sesión. ¿Cómo se comprende este nuevo traspié oficialista?
— Se tiene que saber cómo funciona este gobierno provincial, cómo está la provincia y cómo manejan todo. Ellos quisieron impulsar la zonificación minera, fueron a hablar con el Gobierno nacional y prometieron que tenían los votos. Nada de eso era real: no tenían los votos y las movilizaciones en la provincia son importantes. La semana pasada fui a ver a Alberto y le conté lo que pasaba. Le conté la realidad y que esto iba a suceder. Es una ley complicada para la provincia, para su gente, y este gobierno tiene mucho descrédito para llevarla adelante. El Partido Justicialista nunca fue convocado, nuestros legisladores nunca fueron convocados, fue una mentira de este Gobierno.
— Habló de la reunión con Alberto Fernández de la semana pasada. Luego de ese encuentro se especuló que el PJ traccionaría votos a favor de la ley de zonificación minera, ¿qué pasó en la reunión?
— Le dije a Alberto que, en este contexto, es una ley que no se puede tratar. Se necesita diálogo, hablar con la gente, convocar a sectores importantes como las universidades, el Conicet y los trabajadores de la ciencia. Y con todo sobre la mesa tomar una decisión. No hay que escuchar solo a los que vienen con propuestas económicas. Cuando volvimos de Buenos Aires —fui a la reunión con Juan Pablo Luque, que fue vice-intendente en mi gestión y hoy es intendente en Comodoro Rivadavia— lanzaron una operación en los diarios provinciales, diciendo cosas que nunca sucedieron en la reunión como que habíamos hecho una propuesta de mejoramiento del proyecto de zonificación minera. Eso separó aún más las aguas con el Ejecutivo provincial, que quiso avanzar de prepotentes, como hacen con todo, pensando que bajo la presión del “vamos y vamos” iban a conseguir doblegar la voluntad de algún diputado que le faltaba.
— El presidente se sacó una foto con Arcioni antes de que se vuelva a avanzar en el intento de tratamiento de la zonificación, la secretaría de Minería y el Ministerio de Producción respaldaron abiertamente el proyecto y la conducción del PJ nacional está en manos de José Luis Gioja, ex gobernador de una provincia que impulsa la megaminería, ¿cómo se están resolviendo estas tensiones de posición en el armado nacional del peronismo?
— Desde que presido el PJ de Chubut siempre dijimos que tenemos autonomía. Pertenecemos a este gobierno nacional, pero queremos ser escuchados y respetados por nuestras decisiones. Cuando intervinieron el PJ, y Gioja la pasó muy mal, desde Chubut salimos a avalarlo. Siempre estuvimos dentro de estas filas. Pero, en esta situación, vamos a tener la autodeterminación para decidir lo que sea mejor para la provincia.
— Los comunicados del PJ de Chubut son muy tajantes respecto de la falta de licencia social y la necesidad de convocar a audiencias públicas en las que participen las asambleas ciudadanas, además usted ayer publicó un mensaje que decía “las leyes no se pueden aprobar de espaldas al pueblo”. Parece una posición inamovible…
— Esta ley, así como está, ponele la firma que el PJ no la va avalar. Ni esta ni ninguna otra ley que quieran sacar a las apuradas. Tienen 13 o 14 votos de 27 diputados que hay en la Legislatura. Estamos hablando de una ley que le puede cambiar para bien o para mal el esquema a la provincia y la tratan entre gallos y medianoche, apretando intendentes y diputados, comprando voluntades. Es algo muy grave. No vamos a avalar esta situación y la vamos a denunciar.
— El último comunicado del PJ tenía una frase que decía “veremos quiénes son los cómplices que acompañan esta aventura contraria a los intereses de los chubutenes” ¿Fue un mensaje hacia el interior de los legisladores del bloque oficialista de Chubut Al Frente (16 votos) y del Frente de Todos (8 votos)?
— Arcioni y Chubut Al Frente no tiene nada que ver con el justicialismo, no nos representaron nunca. Este gobernador no tiene nada que ver con el justicialismo ni con el peronismo y menos con el kirchnerismo. Los legisladores pueden tener una mirada justicialista, pero las cosas se plasman en hechos, cuando tengo que votar a favor de la gente. Nosotros somos de un peronismo que cree que las leyes tienen que ser de cara a la gente. Yo fui intendente de Comodoro, una de las ciudades más grandes de la Patagonia, y el Presupuesto lo hacía en audiencias públicas. Nos podemos poner de acuerdo o no, pero las cosas no se hacen a las escondidas. Esta no es una ley a favor de la provincia, es una ley a favor de un grupo económico.
— Las movilizaciones de ayer contra el proyecto de zonificación y pidiendo el tratamiento de la Iniciativa Popular fueron masivas en toda la provincia, incluso excedieron los límites de Chubut, ¿cree que cambiaron las condiciones y están dadas para tratar la Iniciativa Popular?
— Nosotros le pedimos al gobernador que retire la ley que está hoy en la Legislatura para que pueda volver a ser tratada. Y también corresponde tratar la otra ley (Iniciativa Popular). Sino sería solo cuestión de tratar la ley que le conviene al Ejecutivo. Las dos leyes deberían ser tratadas por la Legislatura. Pero lo que tiene que hacer el Gobierno, si quiere tener un gesto de cara a la gente, es retirar el proyecto de zonificación de la Legislatura. ¿Por qué no se exponen a llevarla al recinto? Porque si es rechazada en el recinto no puede ser presentada hasta el año que viene. Como no quieren perder esa ficha están jugando a si la presentan o no. El Gobierno tiene que retirarla y volver a debatir con todos los actores presentes. Si tiene el consenso social que necesita y el acompañamiento de la gente, puede volver a presentarla. Si no, no.
— Arcioni plantea que la única opción para La Meseta es la explotación del proyecto de la Pan American Silver, pero hemos hablado con productores, con asambleístas y hay otras propuestas productivas. ¿Cómo el Estado puede llegar a esas zonas relegadas de la provincias sin que sea con un proyecto extractivo de una empresa multinacional?
— La ley de la minera no hay que descartarla, hay que tratarla. Pero esos pueblos alguna vez, cuando fueron fundados, no fueron bajo la ley de la minería. Fueron pueblos de agricultores, de ganaderos. Para atender lo que pasa con el tratamiento de la ley de zonificación hay que comprender lo que está pasando en la provincia: el gobierno dice que esto es la salvación, pero hace dos años y medio que no hay clases, la salud pública está colapsada y hace cinco años no se compra un patrullero. Los lugares como los que están en La Meseta necesitan un Estado presente, un Estado que los acompañe con créditos para recargar los campos de animales, que la gente se pueda quedar en el pueblo porque tiene algo para hacer. Este gobierno hace la fácil: dice que la minería es la única salvación y es mentira que es la única salvación, pero siguen porque los maneja un negocio muy picante, que está detrás de todo esto.