El Senado debatirá desde las 14 la Ley de Etiquetado de Alimentos que tiene como objetivo la implementación de un sistema de sellos frontales para ofrecer información clara a los consumidores sobre los alimentos procesados y ultraprocesados que presentan exceso en nutrientes críticos como azúcares, sodio y grasas. El dictamen se obtuvo la semana pasada con el acuerdo de todos los bloques, pero ayer se denunció un intento de las empresas de bebidas azucaradas para modificar el parámetro de perfil de nutrientes, evitar los sellos y saltar los reparos puestos por la norma para cuidar la salud de la población.
“Funcionó el movimiento de ayer para proteger la ley”, confió Ignacio Porras, nutricionista referente de SANAR, una de las organizaciones que participó activamente del debate parlamentario. En diálogo con Agencia Tierra Viva, Porras insistió: “Es muy importante sostener el sistema de perfil de nutrientes recomendado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Entendemos que es el más riguroso, pero tiene el foco puesto en la salud pública y en los mejores estándares alimentarios para garantizarla”.
La senadora mendocina del Frente de Todos Anabel Sánchez Sagasti, una de las autoras de los 15 proyectos que se unificaron para alcanzar la norma que será debatida esta tarde en una sesión doble, confirmó que "la Coca-Cola mandó un mail a todos los senadores" y aseguró que "ninguna de las sugerencias que hizo fueron tomadas en cuenta", en declaraciones a Mendoza Online.
La Ley de Etiquetado es una deuda pendiente del Estado Argentino con las recomendaciones que, desde principios de los 2000, vienen realizando la OPS, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para prevenir la epidemia de las Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT). Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo publicada en 2019, el 61,6% de los argentinos adultos tienen exceso de peso, en una proporción de 36,2% de personas con sobrepeso y 25,4% con obesidad.
“Tenemos unas cifras epidemiológicas que dan miedo, en ese sentido, tenemos que actuar en consecuencia. La ley se tiene que aprobar como salió del dictamen de mayoría. De esa forma es como cuida la salud de todas y todos”, sentenció Porras. La OMS junto a Unicef Argentina también dejaron un fuerte llamado a los senadores para combatir uno de los índices más preocupantes en la Argentina: la obesidad infantil.
Una maniobra con la etiqueta azucarada
El intento de modificar la norma se filtró ayer por la tarde y fue rápidamente denunciado bajo el hashtag #EtiquetadoClaroYA a través de las redes sociales por las organizaciones de nutricionistas, especialistas, concineros y concineras que vienen participando del debate y dando un respaldo público a su sanción.
“Esto es gravísimo: los otros días tuvo dictamen el proyecto de ley de rotulado frontal completo, claro y riguroso y ahora, antes de su tratamiento, están haciéndole modificaciones a pedido de las marcas. Acá las órdenes que bajan burbujeantes y efectivas como las Coca Colas”, denunció la periodista especializada Soleda Barruti e hizo público el punto de la norma que buscaba ser modificado durante el tratamiento en el recinto.
“Si logran tener éxito, las bebidas azucaradas podrán sacarse de encima los sellos que hoy, con el perfil de nutrientes que figura en el proyecto, les correspondería tener, y podrán seguir publicitando al público infantil, y podrán seguir vendiendo sus cosas en escuelas”, advirtió Barruti.
La reacción también llegó desde la Asociación de Cocineros y Empresarios Ligados a la Gastronomía Argentina (A.C.E.L.G.A.): “La intención modificar la ley para que favorezca a las bebidas azucaradas. Queremos una ley que proteja a los niños, no bebidas”, publicó la cocinera Narda Lepes.
La norma que será aprobada esta tarde reunió el acuerdo de todos los bloques políticos y llegó al Congreso con el respaldo de los ministerios de Salud, Agricultura y Desarrollo Productivo después de años de demora. Chile, Uruguay, Colombia y México ya cuentan con normas de este tipo para advertir a su población sobre los perjuicios del consumo habitual de dietas desbalanceadas en nutrientes críticos. El lobby empresarial atravesó la aplicación de las normas en toda la región, liderado por la Alianza Latinoamericana de Asociaciones de la Industria de Alimentos y Bebidas.
El intento de Coca-Cola por dejar en manos de la autoridad de aplicación el perfil de nutrientes y saltear el recomendado por la OPS busca emular un parche logrado en la norma chilena, donde se creó un perfil de nutrientes propio en relación a la presencia de los nutrientes críticas cada 100 centímetros cúbicos o gramos, por lo que las industrias de bebidas azucaradas en Chile pudieron reducir azúcares, poner edulcorantes y perder el sello.
“OPS perfeccionó el modelo ya que en una bebida azucarada el único aporte energético viene de la azúcar, por lo que la relación debe hacer eso contemplandolo. Por ejemplo, en un yogur tenés grasa, proteínas y azúcar añadida para endulzar. Se puede reducir una parte del aporte calórico total y evitar el sello de exceso en azúcar porque provee otras cosas. Pero en las bebidas azucaradas lo único que aporta son azúcares. Tenga 5, 7 o 14 o 60 gramos cada cien mililitros va a tener sello”, explica Porras.
Un etiquetado frontal por el derecho a la alimentación sana
“Garantizar el derecho a la salud y a una alimentación adecuada a través de la promoción de una alimentación saludable, brindando información nutricional simple y comprensible de los alimentos envasados y bebidas analcohólicas”, reza el primer artículo de la norma que será votada a partir de las 14 en el Senado.
La norma también convoca a “implementar acciones para la promoción del consumo de alimentos no procesados, naturales y saludables, producidos por nuestras economías regionales y agriculturas familiares”, fomentar la educación alimentaria en las escuelas y encomienda al Poder Ejecutivo la reformulación del texto del Código Alimentario Argentino. Para continuar discutiendo qué comemos, todo empieza por una media sanción sanción sin modificaciones.