La Organización de las Naciones Unidas alertó que el coronavirus se convertirá en una "pandemia de hambre" en América Latina. "Uno de cada tres habitantes de la región no tiene acceso a alimentos nutritivos y suficientes", reveló el director regional para América Latina y el Caribe del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, Miguel Barreto. Las declaraciones se produjeron este miércoles, durante la presentación del Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe 2020.
En ese contexto, el funcionario evaluó que "de mantenerse esa tendencia, se aleja la posibilidad de cumplir la meta de hambre cero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible". Además, pronosticó que "en 2030 habrá 67 millones de personas con hambre en la región, sin considerar el impacto del Covid 19". En nuestro país, según el Mapa Argentino del Hambre y la Pobreza, casi 6 millones de argentinas y argentinos no cumplen con sus necesidades básicas de alimentación.
Inseguridad alimentaria severa
Según la ONU, entre marzo y agosto de este año aumentó de 3,4 a 17 millones el número de personas que padecen inseguridad alimentaria severa. En el caso de América Central, Barreto destacó que al coronavirus se sumaron los huracanes Eta y Iota, creando "una tormenta perfecta" que impacta sobre unos cuatro millones de personas.
Por su parte, Julio Berdegué, representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe, refirió que “104 millones de personas en la región no pueden pagar una dieta saludable por la desigualdad económica, un problema que se ha profundizado a partir de la llegada de la pandemia”. Actualmente, 84 millones de niños dependen de programas de alimentación escolar y diez millones tienen como única comida del día la que reciben en la escuela.
"Atravesamos el año más grave en salud nutricional en muchas décadas, pero no podemos olvidar que hay territorios en los que niños y niñas viven desde hace décadas en situaciones tan graves como las que todos estamos viviendo ahora", afirmó Berdegué.
El documento presentado destaca que el impacto de la pandemia se produce “en un momento en el cual la seguridad alimentaria regional ya venía en claro deterioro”. En este sentido, señala que en 2019 47,7 millones de personas -el 7,4% de la población- vivía con hambre. La cifra significa un aumento de más de 13 millones sólo en los últimos cinco años.
Asimismo, 191 millones de personas vivían en inseguridad alimentaria moderada o grave, lo que implica que uno de cada tres habitantes de América Latina no tuvo acceso a alimentos nutritivos y suficientes en 2019. "De ellos, 57,7 millones, aproximadamente un 10% de la población de la región, se vio en situación de inseguridad alimentaria grave, es decir, se quedaron sin alimentos, pasaron hambre o estuvieron más de un día sin comer", expresa el documento.
El documento fue elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, la Organización Panamericana de la Salud, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y el Programa Mundial de Alimentos.
"En lo que refiere a poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición, los efectos de la pandemia aún no han sido medidos de forma completa, pero es muy probable que genere consecuencias inmediatas y duraderas sobre la calidad de vida de la población, lo que pone en serio riesgo la consecución de las metas del ODS", expresa el estudio.
A modo de ejemplo, se señala que "es evidente que países como El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua y Venezuela, que presentaban niveles de inseguridad alimentaria y pobreza elevados antes de la pandemia, afrontan un mayor riesgo de que su situación empeore en los próximos meses como consecuencia de los distintos factores que la pandemia ha agravado". Según el Programa Mundial de Alimentos, la inseguridad alimentaria aguda en esos países puede llegar a afectar a 16 millones de personas, tres veces más que la población perjudicada antes de la pandemia.
"En América latina y el Caribe, el fuerte golpe económico de la pandemia ha dejado a millones de familias con menos recursos para comprar alimentos nutritivos", aseveró Jean Gough, directora regional de UNICEF para América Latina y el Caribe. "No recibir una alimentación saludable entre los 6 meses y 2 años pone a los niños y niñas en riesgo de malnutrición. Para que pueden crecer sanos en tiempos de pandemia, es urgente asegurar la disponibilidad de alimentos saludables a precios asequibles", agregó.
Covid y aumento de la malnutrición infantil
“La distribución desigual de recursos y oportunidades está dejando atrás a muchas personas y se prevé que el Covid 19 aumente todas las formas de malnutrición infantil, incluidos el retraso del crecimiento, las deficiencias de micronutrientes y el sobrepeso y la obesidad”, afirmó Anselm Hennis, Director del Departamento de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de la Organización Panamericana de la Salud y de la Organización Mundial de la Salud. “Es necesario reformar los sistemas alimentarios y de nutrición, y proporcionar a las poblaciones una nutrición óptima”, completó.
El nuevo informe también alerta sobre el aumento del sobrepeso y la obesidad, que ha ocurrido en todos los grupos de edad. En 2016, 315 millones de personas (casi la mitad de la población de la región) sufría sobrepeso y obesidad, en comparación con 239 millones en 2006. Esto es particularmente grave debido a la evidencia que la obesidad está asociado al riesgo de sufrir peores efectos en caso de una infección por Covid 19.
La directora regional para América Latina y el Caribe del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), Rossana Polastrim, afirmó que el informe evidencia la necesidad de invertir eficientemente en zonas rurales, que presentan los niveles más altos de rezago en el desarrollo, lo que lleva a la coexistencia de desnutrición y sobrepeso. A su vez, indicó que la agricultura cumple un rol fundamental en la promoción de sistemas alimentarios adecuados y señaló que "invertir en mejorar la calidad de las dietas es clave para abordar el hambre y el sobrepeso".
Finalmente, el director del Departamento de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Anselm Hennis, consideró necesario trabajar para la transformación de los sistemas alimentarios "para hacerlos sostenibles" y pidió actuar de manera integral, porque "la complejidad y magnitud de la malnutrición es demasiado grande como para que una sola agencia pueda resolverla".