Por Roberto Enrique González
Desde las “Batallas de Abra de la Cruz y Quera (1874-1875)", al “El Malón de la Paz” (1946), a las luchas mineras (1964-1976), hasta la conformación de movimientos indígenas, la lucha por los títulos de propiedad comunitaria (1996-2006), el “Segundo Malón de la Paz (2007)”, la constitución de partidos indígenas y movimientos sociales.
En estos procesos aparecen dos categorías que se dan en el caminar histórico de nuestros pueblos: el “indio resistente” y el “indio permitido”.
“Resistente” es el que desarrolla con dignidad su resistencia emancipadora, para demandar sus derechos como sujeto de derecho y político.
“Permitido” es el que se somete a la tutela de los estados modernos y es funcional a éstos, que ejercen el control sobre él y sus pueblos.
No debemos quedarnos en el solo ejercicio de interpretar nuestros hechos historiográficos, sino proyectarnos más allá, materializando la teoría “indianista” en una práctica liberadora que nos permita mirarnos críticamente para avanzar más allá de nuestras propias limitaciones, comprometiéndonos con la realidad que nos interpela con propuestas que nos ayuden a superar la impostura de Indio permitido y mantener la dignidad del indio resistente en proyección y evolución.
* Obra de libre descarga. Editorial Resistir Creando (Kollasuyo 2021)