Las vías del saqueo agroexportador
enero 22, 2021
Sección: Agronegocio
“Argentina sangra por las barrancas del río Paraná”, es el libro que acaba de publicarse y aborda el entramado de negociados, corrupción y despojos del modelo agroexportador en los puertos de Santa Fe. Escrito por Luciano Orellano y editado por Editorial Ágora.
Argentina Sangra. Luciano Orellano

Por Germán Mangione

La profundización del modelo extractivista, centrado principalmente en la agroexportación, fue transformando al nodo portuario del Gran Rosario en un centro de gravedad para la economía, y también para la política, no solo de la región, sino de toda la Argentina.

Por más obvia que parezca esta afirmación, paralelamente se ha dado un fenómeno (buscado por sus protagonistas) mediante el cual los actores económicos que dominan el sector se han mantenido ocultos al debate de las mayorías, salvo en situaciones excepcionales.

El libro Argentina sangra por las barrancas del río Paraná, de Luciano Orellano y publicado por Editorial Ágora, tiene como objetivo central correr ese velo que oculta a los gigantes invisibles, como bien describió Dan Morgan en su libro Los traficantes de granos en los años setenta.

Se trata de empresas que manejan el comercio mundial de granos y el comercio exterior de nuestro país, y que asociados a los históricos dueños de la tierra (y a algunos nuevos actores) trabajan con tesón para permanecer fuera de la vista de la sociedad y sobre todo de los Estados donde tienen asentadas sus plantas.

El reciente paro de los obreros aceiteros y los trabajadores portuarios de la región desnudó como pocas veces los mecanismos de poder que el sector moviliza cada vez que necesita aumentar sus beneficios. Por otro lado, puso sobre la mesa la fragilidad de la soberanía económica argentina, cada vez más dependiente de la agroexportación y el monocultivo.

Las luchas sindicales del sector; el control de la moneda y el ingreso de dólares; la definición de qué producimos, cómo lo producimos y sobre todo cómo lo distribuimos; el control de nuestros ríos y otros ejes que recorre el libro tienen plena vigencia y actualidad por más que solo aparezcan en las primeras planas cuando las contradicciones llegan a su máximo punto de ebullición. Son el corazón de nuestros males; así lo entiende Luciano Orellano y así lo expresa en este trabajo.

El libro refleja los resultados de una investigación militante de muchos años que, según asegura en su introducción este dirigente y referente del Partido Comunista Revolucionario de Santa Fe, tiene origen “en la búsqueda de las causas profundas del saqueo de nuestra patria y los consecuentes sufrimientos de los habitantes de este suelo”.

“Seguro es un libro militante sin un solo dato”, escribió en Twitter un usuario identificado con lo agrario ante la promoción del libro. Y quizás esa afirmación tenga más que ver con una falencia de los textos militantes que con la bronca gringa a todo lo que cuestione el statu quo agrario en Argentina. Pero en este caso, uno de los fuertes del libro es la recopilación meticulosa y precisa de los datos económicos y sociales de la Argentina de los últimos veinte años, esa del boom sojero y la remake moderna del granero del mundo.

Lejos de pretensiones académicas, el trabajo se reconoce nacido al calor del análisis fundado en el materialismo histórico y el marxismo, pero sobre todo en la práctica política en la que está zambullido el autor desde su juventud como militante obrero y fabril.

Quizás por eso, y porque es un libro pensado para la acción, otro de sus aportes es el material didáctico y comprensible que brinda para que nos adentremos en los mecanismos de la dependencia y sus consecuencias, esas que a veces son visibles pero ocultan sus orígenes y formas.

Y quizás por eso también, se toma el tiempo para repasar y rescatar las experiencias argentinas vinculadas a la recuperación de palancas de soberanía, como la del Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI) del primer peronismo o la Junta Nacional de Granos.

Intentando mostrar el fotograma como parte de una película que no arranca ni siquiera en este siglo, sino en los albores de la conformación de lo que hoy conocemos como Argentina, el libro mezcla en sus páginas a Belgrano y la Batalla de Punta Quebracho con Cargill, Cofco (uno de los principales grupos del agronegocio asiático) y el novísimo lobby agroexportador conformado en el Consejo Agroindustrial Argentino.

Muchas cosas han cambiado desde el inicio del estado terrateniente (1860/1880), pero un repaso por los mecanismos del saqueo y sus responsables nos permite ver que tanto los saqueadores externos como los socios internos de estos no son tan diferentes ni han cambiado tanto. Y asimismo se mantienen intactas las posibilidades de desarrollo que el país tiene si logra torcer el destino impuesto desde arriba y desde afuera.

Finalmente, al ser un libro pensado para la praxis política el autor entiende que es fundamental no solo describir los mecanismos de la dependencia argentina en esta etapa histórica, sino dejar en claro quiénes son los socios locales del saqueo, protagonistas de una línea histórica que los ubica como los verdaderos artífices de una patria que no termina de nacer.

Este trabajo es más bien un llamado a abrir los ojos y mirar de frente. Ponerle nombre y apellido al despojo como paso indispensable para orientar nuestras acciones políticas y sociales. Es un libro que sobre todo no se resigna al estado actual de las cosas. Y en ese camino nos brinda herramientas para para dar vuelta la historia. Una historia inconclusa que no para de volver.

* Corrección: Nancy Viviana Piñeiro

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