Por Marcelo Musante*
Murió Juan Chico. Por Covid. Un historiador fundamental. Una bisagra para comprender la Masacre de Napalpí.
Historia y territorio de la mano. Un tipo con el que pensamos muchas cosas hace muchos años.
Siempre Napalpí. Esa palabra que fue dolor y la reconvirtió en lucha.
La lucidez de decir que le cambiaron el nombre al lugar de la matanza qom y le pusieron Colonia Aborigen para olvidar la masacre. No pudieron. Llegó Juan para recordarla todos los días.
Llevó al Equipo de Antropología Forense para buscar las fosas comunes, con el fiscal Diego Vigay para lograr ese Juicio por la Verdad. Un juicio justo, histórico.
Juan riéndose. Esa sonrisa inmensa. Juan disfrutando cuando le mandaba una planilla con nombres de su familia trabajando en Napalpí.
Juan organizando congresos sobre genocidio.
Articulando con la academia y yendo con Mariana a presentar la muestra de las fotos de Lehmann Nitsche por todo Chaco.
Yendo con Ana y la Fundación Napalpí a todos lados.
Y Juan riéndose y proyectando. Tenemos que hacer esto y aquello. Armar talleres con la Red, un museo de la memoria en la Colonia.
Sabiendo lo que uno iba a decir con sólo mirarse en cada charla pública.
Hizo libros fundamentales. Fue el primero en reivindicar a los ex combatientes qom en Malvinas. Contó la historia indígena en libros infantiles.
Se murió un tipo un tipo imprescindible.
Se murió un hermano.
* Integrante de la Red de Investigadorxs en Genocidio y Política Indígena.