Por Anabel Pomar
Luego de concluir la tercera audiencia, y tras la lectura de los alegatos en el juicio por el asesinato del niño Kily Rivero, el Tribunal Oral Penal de Goya (Corrientes) condenó al productor acusado, Oscar Antonio Candussi, a tres años de prisión condicional. “Es un fallo deprimente y muy humillante para nosotros. Una persona que roba recibe más condena que una que mata a un niño”, reclamó Eugenia Sánchez, la mamá de Kily.
La condena, luego de once años de la muerte del pequeño, permitió que el productor tomatero se haya retirado caminando libremente del lugar en donde se realizó la audiencia. El Tribunal condenó a Candussi por el delito de “homicidio culposo, previsto y penado por el artículo 84 del Código Penal”.
Antes de conocerse la sentencia, el abogado Hermindo González—que representó a la familia del niño—, había solicitado una pena de 14 años por el delito de “homicidio simple con dolo eventual, previsto y penado por el artículo 79 del Código Penal”. Delito de prisión efectiva. Pero esto no fue tomado por el Tribunal.
A su turno, Leandro Monti, el abogado del productor condenado, había pedido la absolución. Y el fiscal, Guillermo Rubén Barry, pidió solo tres años de prisión condicional. Fue la figura legal que tomó el Tribunal en su sentencia y justificada, argumentó el Fiscal, por la falta de antecedentes de Candussi.
El Tribunal Oral Penal de Goya estuvo conformado por Jorge Antonio Carbone como presidente y Ricardo Diego Carbajal y Dario Alejandro Ortíz como vocales. Los fundamentos serán leídos el 15 de junio próximo.
José Carlos Rivero, “Kily”, tenía 4 años de edad. Vivía en Paraje Puerto Viejo, Lavalle (Corrientes), zona tomatera por excelencia y altamente pulverizada con agrotóxicos dañinos para la salud y el ambiente. El 12 de Mayo de 2012 el pequeño murió intoxicado por plaguicidas organosfosforados que le produjeron una falla hepática fulminante, falla multiorgánica, de origen tóxico.
El científico forense, especializado en toxicología, Diego Rinaldi, declaró cómo experto durante el juicio. El profesional aseguró a Tierra Viva: “Un veneno siempre envenena. Es muy tóxico para quien lo aplica, para las personas que viven cerca y mucho más para las infancias”.
¿Y por qué se los permite? “Nuestra legislación no está hecha para el cuidado del ambiente. Y cuando digo ambiente, nos incluyo, las personas somos parte del mismo. Bueno, eso parece no importa, sólo importa 'producir'. En este caso, sobre esta muerte, hablan de falla multiorgánica, de un cuerpo que empieza a fallar hasta que muere. Pienso que acá, lo que permite eso suceda es que hay un fallo de varias instituciones. Que no quieren ver o eligen no ver. Detrás de este modelo hay trabajo infantil, trabajo en negro, problemas de salud, malformaciones, enfermedades, cáncer. Y están las agencias de salud y ambientales, muchas instituciones de la república que no están funcionando al mismo tiempo y permiten que todo esto suceda”, denunció el forense Rinaldi.
