El gobierno alemán presentó un proyecto de ley que restringe el uso de pesticidas alrededor de los cursos de agua y en las zonas protegidas. Además, aprobó la salida del glifosato "a finales de 2023". De esta manera, ratifica su compromiso de erradicar el uso de un agrotóxico calificado por "potencialmente cancerígeno" por la Organización Mundial de la Salud.
Mientras Bayer resuelve demandas judiciales de personas con cáncer a través de acuerdos millonarios, Argentina no solo no prohíbe la sustancia sino que la comercialización de agrotóxicos aumentó un 20 por ciento en 2019 y 2020.
La iniciativa fue criticada por organizaciones agrícolas alemanas, que afirman que "al menos 7% " de las tierras cultivadas se verán amenazadas. Por su parte, las asociaciones ecologistas han elogiado los anuncios. Así lo informó el portal Deutsche Welle. El gobierno dejará cierta flexibilidad a las autoridades locales para decidir, dentro del límite de una distancia mínima, indicó el miércoles la ministra de Agricultura Julia Klöckner.
"La muerte de los insectos debe detenerse, en interés de todos", afirmó la ministra de Medio Ambiente, Svenja Schulze, citada en un comunicado. La autorización actual de este herbicida en la Unión Europea expira a finales de 2022.
El glifosato en el mundo
La ONG Sustainable Pulse, que monitorea el uso de herbicidas en todo el mundo, cuenta más de una veintena de países que limitan su uso. Italia lo prohibió en áreas públicas y en rociados de precosecha; Francia lo retiró de los espacios verdes. Bélgica, República Checa, Dinamarca, Portugal y los Países Bajos también pusieron barreras. También hay restricciones adicionales en Asia (Tailandia, Vietnam, Sri Lanka, Omán, Arabia Saudita, Kuwait, Emiratos Árabes, Bahrein y Qatar), África (Malawi, Togo) y Latinoamérica (Colombia, Costa Rica, El Salvador, Bermudas, San Vicente y las Granadinas). El glifosato también está prohibido en distintas zonas de Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Escocia, España, Australia, Nueva Zelanda, Malta, Eslovenia y Suiza.
En 2019, Austria se convirtió en el primer país europeo en prohibir el insecticida. En nuestro continente, la noticia más reciente al respecto apunta a México, que ordenó en enero pasado la prohibición del glifosato para 2024. En Argentina los agrotóxicos no solo siguen permitidos, sino que según información brindada por Naturaleza de Derechos, en 2019 y 2020, el
volumen comercializado ascendió un 20 por ciento aproximadamente en total.
Cancerígeno
En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha clasificado el glifosato como “probablemente cancerígeno para los seres humanos”, basándose en una fuerte evidencia de que es cancerígeno para los animales. También se sospecha que actúa como un disruptor endocrino y que es tóxico para la reproducción.
Monsanto patentó el pesticida en 1974 con la marca Roundup. En 2018, Bayer compró la compañía y con ella los litigios relacionados al tipo de cáncer que genera el linfoma No Hodgkin. Recientemente, la farmacéutica firmó un acuerdo por dos mil millones de dólares, que responderán a cien mil demandas asociadas al uso de la sustancia.
El uso de glifosato tiene graves impactos en el medio ambiente. Contamina los suelos y el agua y afecta a otros seres vivos (organismos acuáticos desde algas microscópicas hasta peces y moluscos, pasando también por las ranas y sus renacuajos, y organismos del suelo, como las lombrices de tierra, fundamentales para mantener e incrementar la fertilidad del suelo).
Por último, el uso del glifosato también reduce la diversidad y cantidad de especies vegetales y por ello puede afectar a seres vivos cruciales para la agricultura, como son los polinizadores.