Vivir sin agua a orillas del río, una deuda de la empresa Aguas Santafesinas
enero 30, 2025
El año empezó con una ola de calor y sin agua en los barrios del oeste de Santa Fe capital, una de las diez ciudades más pobladas del país. La ampliación de la planta potabilizadora es una deuda de la empresa provincial Aguas Santafesinas, ahora con el argumento del recorte en el giro de fondos por parte del gobierno nacional. Voces de los vecinos y los argumentos oficiales con el derecho al agua en espera.
Santa Fe: obras necesarias para garantizar el derecho al agua
Foto: Carlos Segovia

Por Mariángeles Guerrero

Desde Santa Fe

A la hora del mate, de empezar el día, la canilla está seca. No hay agua en la casa. Se revisan las llaves de paso, se consulta a algún vecino. Ellos tampoco tienen agua. Hace un calor abrasante y hay sed, necesidad de cocinar, de bañarse, de regar las plantas. A la tardecita empieza a brotar un hilito de los grifos. Con paciencia se carga una botella y se pone en la heladera. A la noche el agua sale, pero turbia. Con más fuerza, aunque la presión sigue siendo escasa. Es el momento de cargar bidones, botellas, baldes; por las dudas, por si al otro día falta. Y falta. Desde las 8 de la mañana la canilla no suelta una sola gota. Ni la soltará hasta la noche siguiente. El ciclo se repite como un espiral caliente en las primeras semanas de enero en la ciudad de Santa Fe, en medio de la ola de calor que atraviesa el país y la humedad de la capital provincial. La empresa Aguas Santafesinas demora una solución.

No es un problema doméstico, ni de una calle, ni de un solo barrio. La situación afectó a varios barrios de la capital provincial: Chalet, Santa Rosa de Lima, Centenario, San Lorenzo, Barranquitas, Schneider, Cabaña Leiva, Villa del Parque y Estanislao López, entre otros. Todos del extremo oeste que bordea al río Salado, los mismos que sufrieron la inundación de 2003. Zona de familias trabajadoras a las que, históricamente, se les adeudan obras y mejoras de todo tipo —luz, recolección de residuos, asfalto—. Pero una de las principales obras que falta en la ciudad corresponde a Aguas Santafesinas —controlada por el gobierno provincial— y es la ampliación de la planta potabilizadora de agua. En el último año, influyó no solo la falta de planificación urbana del Estado santafesino sino también la decisión del gobierno de Javier Milei de dejar de financiar obras en las provincias.

Según explicó Darío Boscarol, director de Aguas Santafesinas a Tierra Viva, había un compromiso por parte del Ejecutivo nacional de financiar esa ampliación. La obra avanzó en un 22 por ciento, pero en septiembre dejaron de recibirse los fondos. En octubre, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció el cierre del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa) y su reemplazo por la Secretaría de Asuntos Hídricos. Pero el dinero aún no llega. Este enero, la falta de agua llegó a sentirse en Cabaña Leiva, ubicado en el extremo noroeste, a diez kilómetros de la planta potabilizadora, que se emplaza en el sudeste de la ciudad.

Por el cierre del Enohsa, trabajadores del ente manifestaron: “En Argentina, alrededor del 80 por ciento de la población tiene acceso a agua potable, mientras que la cobertura de cloacas alcanza aproximadamente al 60 por ciento. Estos porcentajes varían significativamente entre provincias y zonas rurales, donde el acceso a estos servicios es mucho más limitado. Aquí es donde el rol del Enohsa resulta vital: no solo financia y supervisa las obras, sino que también brinda asistencia técnica a los gobiernos locales, garantizando que los proyectos sean sostenibles y de alta calidad”.

Mientras se espera la decisión del gobierno nacional, los barrios de Santa Fe siguen alertas. Carlos Segovia preside la asociación vecinal Villa del Parque, uno de los barrios del oeste con escasez de agua. “Con Aguas Santafesinas mantenemos el diálogo porque, en buenos términos, se pueden lograr muchas cosas. En su momento se pensó en cortar la avenida, pero eso iba a generar diferencias con vecinos de otros barrios que están ajenos a esta situación, cuando acá el problema son las empresas”. 

Y concluye: “Esto es un aviso de que hay que tener en cuenta muchas cosas. Desde el año pasado se viene hablando del incremento de temperaturas y uno tiene que tener un salvavidas ante esta situación. Es un aviso de lo que se puede llegar a venir a futuro, si no se invierte en obras”.

Santa Fe: obras necesarias para garantizar el derecho al agua
Foto: Agencia Tierra Viva

Más edificios y falta de obras, barrios sin agua

Miguel Verón es el presidente de la asociación vecinal Santa Rosa de Lima desde hace 30 años. El barrio es uno de los más populosos de la ciudad: cuenta con 30.000 familias y se ubica en el centro-oeste de la trama urbana. “Venimos desde hace un tiempo con el agua sucia, mala. Sale negra. Tenemos poca presión. Estuvimos un día entero sin agua y cada vez se pone peor. Cada vez sale más negra y con baja presión”, describe.  

Junto a otras vecinales de la zona sudoeste (Centenario, Chalet, San Lorenzo) vienen planteando el problema a Aguas Santafesinas desde hace dos meses, aunque el problema empezó antes. “La respuesta fue que se había roto un caño, que es verdad, pero también que tienen problemas con la planta potabilizadora. También nos dijeron que las obras no se hicieron antes y se están haciendo ahora, pero no se ven las mejoras. Tenemos menos presión que antes. Y con el calor es peor”, relata.

En la ciudad, el agua para consumo humano se extrae por dos tomas: una desde el río Colastiné y otra desde el río Santa Fe, ambos pertenecientes a la cuenca del Paraná. En estos días no se registra una bajante, como ocurrió en 2021, por lo que el problema no es de orden natural. Segovia comenta a Tierra Viva que, hasta que se reparó el problema (otro caño roto), tres cuartas partes del barrio Villa del Parque no tuvo agua y en las casas restantes había baja presión. “En años anteriores hemos tenido baja presión, pero esta vez directamente no tuvimos agua durante siete días”.

En ese barrio, el agua llegó a faltar en el centro de salud y en la escuela. Hubo que comprar agua envasada o apelar a la solidaridad de quienes sí seguían contando con agua corriente para poder bañarse, por ejemplo. “Comprar una botella o un bidón de agua genera un costo que hoy no es acorde con muchos bolsillos”, expresa.

Enfatiza la distancia que hay entre el barrio y la planta potabilizadora: unos tres kilómetros. “La gente que vive en la zona este no tiene el mismo problema”, resalta y analiza: “La ciudad cada vez se está poblando más, cada vez hay más edificios, pero no se han hecho las obras. Con una sola planta potabilizadora obviamente esto va a pasar”.

El estudio “Transformaciones de la estructura residencial santafesina; variación poblacional y dinámica constructiva de la ciudad“ de Nahuel Aguirres y Julia Sarniotti, de 2020, relevó los permisos de obra otorgados por la Municipalidad de Santa Fe durante el período 2011-2019. Y señala: “Al igual que la década anterior, la producción y construcción de departamentos en el área central de la ciudad fue el sector de la construcción con más dinamismo en el periodo estudiado“. Y agrega que la mayor cantidad de metros cuadrados autorizados para este tipo de viviendas se concentraron en el Distrito Centro (76 por ciento) y en Distrito Este (17 por ciento).

Santa Fe: obras necesarias para garantizar el derecho al agua
Foto: Agencia Tierra Viva

La respuesta de Aguas Santafesinas

El panorama que brinda el vecinalista Segovia no dista mucho de lo que el director de Aguas Santafesinas explica a Tierra Viva. En 2006, el gobierno de Santa Fe creó esta empresa —que funciona bajo la figura jurídica de una sociedad anónima—, pero cuyo mayor accionista es el Estado provincial, con el 51 por ciento del capital. Luego le siguen los municipios que forman parte de la concesión —con el 39 por ciento— y el 10 por ciento restante le corresponde a los empleados de la sociedad.

Boscarol indica que hay dos causas de la falta de agua en los barrios de la ciudad. Una, dice, es de fondo. La otra, coyuntural. En relación al “problema de fondo”, señala la necesidad de ampliar la capacidad de la planta potabilizadora de la ciudad, que abastece al 85 por ciento del ejido urbano. La misma se ubica en la zona este, por lo que el problema se agudiza en el oeste, donde el servicio no llega de forma adecuada.

“La planta tiene una limitante en cuanto a su posibilidad de producir agua potable. Hoy está funcionando al 100 por ciento. Pero no se han hecho las inversiones y falta una ampliación de la planta, que ya está en marcha”, dice el funcionario. Cuando se le consulta por qué las obras no se hicieron antes, responde: “Habría que preguntarle al gobierno anterior (de Omar Perotti)”.

En 2023, Perotti firmó un acuerdo con el Centro Federal de Inversiones (de la Nación) y la empresa Mekorot para la realización de un plan maestro del agua. Esta empresa israelí fue cuestionada por asambleas ciudadanas organizadas en defensa de este bien común, denunciada por violar el derecho al agua del pueblo palestino y con intereses varios en Latinoamérica. Su nombre resonó durante la crisis de agua que tuvo Montevideo en 2024

Desde la actual gestión provincial (encabezada por Maximiliano Pullaro, uno de los firmantes del Pacto de Mayo), insisten en que la deuda del actual gobierno nacional incide en la imposibilidad de ampliar la planta potabilizadora para mejorar la distribución. “Las respuestas de Nación son ‘sin certezas’, sin definiciones contundentes, lo que no nos permite prever cómo va a ser el desarrollo en este año”, dice Boscarol. El funcionario precisa que la deuda del Ejecutivo nacional con la provincia gira alrededor de los 7.000 millones de pesos.

Debido a la falta de pagos de la Nación, los trabajos en Santa Fe se han ralentizado. En Rosario, la empresa constructora se retiró de las tareas de ampliación de la planta que abastece a esa localidad del sur provincial. El ajuste impacta incluso en una de las provincias con mayores recursos, que aportó el 8,1 por ciento del PBI nacional en 2023.

“Estamos a la espera de la definición del gobierno nacional, sobre si va a continuar con el financiamiento o no, a efecto de que la provincia pueda decidir buscar financiamiento en otros lugares, porque es imprescindible la ampliación de la planta en la ciudad”, alega Boscarol. Y puntualiza que, de culminarse la ampliación, se incrementaría en un 70 por ciento la producción de agua potable.

Para el funcionario, también influye el incremento de la población en la ciudad y de las edificaciones en la zona urbana: “Todo coexiste. El aumento poblacional, las nuevas edificaciones, los nuevos barrios. El caudal de agua producido es siempre el mismo. Entonces en momentos de crisis aparecen estos problemas”.

Además de las limitaciones de la planta, otro problema es la antigüedad de las redes de distribución, que tienen entre 80 y 100 años. “Estas redes tienen microfisuras, pérdidas no detectadas y eso hace que haya un desperdicio de agua”, explica Boscarol.Desde Aguas Santafesinas comenzaron con obras de reparación de cañerías en Santa Fe y en Rosario. “Esto nos va a permitir encarar el verano que viene con mayor solvencia. No digo que vaya a solucionar el problema absolutamente, pero se generarán menos pérdidas”.

En cuanto a la turbiedad del agua, aclara: “La calidad siempre ha sido preservada. Sí hay algunos problemas de turbiedad en cuanto al aspecto e incluso algunos casos de un sabor un poquito diferencial, pero el agua es potable”. La explicación sobre esta coloración es que “producto de las roturas de los caños y de que la planta está trabajando a velocidad forzada, hay un exceso en hierro y manganeso y con el cloro se pone de ese color más turbio. Pero, sostiene, no genera problemas en la salud”.

Obra inconclusa en Santa Fede ampliación de la planta potabilizador. Nov. 2023. Santa Fe: obras necesarias para garantizar el derecho al agua
Foto: Enohsa

Tener sed en plena ola de calor

Cuando Boscarol alude a los problemas de coyuntura. Se refiere a la ola de calor que sufrió el centro norte del país en las primeras semanas de enero. Con las altas temperaturas, aumenta la demanda, se generan pérdidas en la red y se profundizan los inconvenientes en la zona más alejada de la planta. 

“En función de eso hemos hecho algunos cambios de modalidad de operación, regulando válvulas y corrigiendo pérdidas. Hoy se ha estabilizado la presión de agua”, dice el funcionario. Desde el gobierno provincial se repitieron los pedidos a la comunidad para que no se derroche el recurso. “Nos pedían que cuidemos el suministro del agua, pero cómo lo íbamos a cuidar si no teníamos”, apunta Segovia.

Boscarol aclara que a fin de enero ya no se registran reclamos de baja presión en la ciudad de Santa Fe, debido al descenso de la temperatura. Ante la consulta sobre si se están tomando prevenciones ante una futura ola de calor, responde: “Tener al 100 por ciento del personal en la calle buscando pérdidas, arreglando las que existen y controlando la planta para que funcione al máximo de su capacidad. Es lo máximo que podemos hacer de acuerdo a los instrumentos que tenemos en este momento. Estimo que, por lo que dice el pronóstico, no vamos a tener una ola de calor tan fuerte como la que pasamos”.

El Plan Nacional del Agua, publicado en 2019, señala que los eventos meteorológicos ordinarios pueden ser atendidos con infraestructura básica y que la principal herramienta capaz de permitir la adaptación a estos eventos es la planificación. “Si conocemos el medio y somos capaces de identificar las potenciales amenazas estaremos en condiciones de disminuir los riesgos. El abordaje de los proyectos de infraestructura debe incluir una visión a largo plazo que contemple la alternancia entre ciclos húmedos y secos, con el objeto de que la infraestructura a realizar se adapte a la problemática específica de cada región”, advertía hace seis años el documento elaborado por el gobierno de la Alianza Cambiemos, coalición de partidos que respaldó la candidatura a gobernador de Pullaro.

Las obras de infraestructura resultan claves para garantizar el derecho al agua de los habitantes de la zona oeste de la capital provincial. En Reconquista, al norte de Santa Fe, la inauguración de una planta de agua potable solucionó el problema de la baja presión de agua en diversos barrios de la ciudad. Otro caso testigo es Rafaela, ciudad del oeste provincial, a la que el agua llegó mediante la construcción de un acueducto que atraviesa todo el ancho de la provincia.

Argentina es un país federal, en el que cada provincia es responsable de la gestión de sus recursos hídricos. Pero el Estado Nacional cumple un rol fundamental en garantizar el agua, entendida como un derecho humano. “El agua es un elemento esencial y de primera necesidad para la vida humana”, sentenció, en 2002, el Comité para los Derechos Sociales, Económicos y Culturales de Naciones Unidas. Al mismo tiempo, reconoció que el derecho humano al agua se halla implícito en el Pacto Internacional de Derechos Sociales, Económicos y Culturales, que en nuestro país tiene jerarquía constitucional.

Ampliación del sistema de tratamiento en Lambí Campbell / Santa Fe. Santa Fe: obras necesarias para garantizar el derecho al agua
Foto: Enohsa
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