Por Naturaleza de Derechos
La Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad de Brasil (CTNBio), ente que se encarga de autorizar los organismos genéticamente modificados para su comercialización y uso en todo el territorio brasileño, volvió a aplazar el jueves el tratamiento de la aprobación de la primera variedad en el mundo de trigo transgénico, producido por la empresa argentina Bioceres y denominado HB4, para su importación desde nuestro país al hermano país.
Tras la reunión de jueves, la CTNBio entró en receso hasta agosto, lo que tiene repercusiones en la Argentina. La empresa Bioceres —que posee los derechos de uso y comercialización del trigo transgénico HB4 con tolerancia a la sequía y al glufosinato de amonio— se aprestaba, a partir de este mes, a cerrar y empezar a concretar todos los precontratos celebrados en la Argentina para su liberación en plena temporada de siembra del cereal, que comenzó a mediados de mayo y que culmina a fines de agosto.
El aplazamiento se relaciona, entre varias cuestiones, con la presentación administrativa realizada el martes pasado, dos días antes de la audiencias, por el abogado Pedro Serafim (coordinador del Fórum Nacional de Combate contra los Impactos de los Agrotóxicos) ante la CTNBio y el Ministerio Público Federal de Trabajo. La presentación estuvo respaldada por las organizaciones brasileñas nucleadas en la Campaña Permanente contra los Agrotóxicos y por la Vida junto al Instituto Brasileiro de Defensa del Consumidor, denunciando a la empresa Bioceres por haber presentado información falsa en su solicitud de autorización ante las autoridades brasileñas para el ingreso del trigo transgénico HB4 en Brasil.
La presentación efectuada por las organizaciones brasileñas estuvo motivada por información que surgió desde la Argentina que dio lugar a una alerta y el comienzo de una articulación urgente del colectivo socioambiental y de la agricultura campesina, familiar e indígena que resiste el agronegocio y lucha por la soberanía alimentaria en Brasil.
Las patas cortas de Bioceres
A principios de abril, la empresa Bioceres empezó a ofrecer abiertamente su trigo transgénico a los productores y productoras de la Argentina, a través del Portal Digital Generación HB4, desde el cual, cualquier persona puede acceder al programa HB4 de Bioceres sobre los cultivos de soja y trigo.
En el caso que un productor o productora esté interesada en acceder al programa, en una primera instancia debe elegir el cultivo: trigo o soja. Si fuera trigo —única opción disponible por el momento—, el segundo paso consiste en indicar la zona de ubicación del lote o parcela rural donde se va a sembrar el trigo, especificando la provincial y localidad.
Como respuesta, el sistema online ofrece (dentro del portfolio de semillas de la empresa Bioceres) la variedad de semilla de trigo recomendada para una mejor perfomance en el lote, en razón de su ubicación. En esta instancia se brindan detalles de las características agronómicas y perfil sanitario de la variedad recomendada. En cuanto a las características agronómicas el sistema indica la fecha de siembra, la altura, el nivel de vuelco y desgrane.
Respecto al perfil sanitario, señala los niveles de riesgos de las distintas contingencias (roya de la hoja, tizón bacteriano, roya de tallo, y otras plagas) durante el proceso del cultivo y la capacidad de respuesta de la variedad recomendada. Una vez aceptada la propuesta de la variedad de trigo recomendada, que según la empresa Bioceres es la que mejor se adapta al suelo del lote, en razón de su ubicación; se pasa a una tercera instancia.
El sistema solicita que se indique el rinde esperado, la densidad de siembra y la configuración de los insumos que conforman el paquete tecnológico, que en el caso del trigo HB4 son el producto Microstar PZ (fertilizante de la empresa Rizobacter, adquirida por Bioceres), Rizospray Extremo —también de la empresa Rizobacter y que según el marbete incrementa la penetración y aumenta la actividad biológica de los herbicidas, insecticidas y fungicidas foliares— y sorpresivamente, aparece el agrotóxico glufosinato de amonio al 28 por ciento sobre el que, la empresa Bioceres, recomienda un uso que tiene como piso dos litros por hectárea.
Decimos sorpresivamente porque la investigadora de la Universidad Nacional del Litoral, Raquel Chan —quien desarrolló la variedad de trigo HB4— afirmó una y otra vez públicamente que el gen incorporado al trigo que le da tolerancia al glufosinato de amonio no es para que al cereal se lo someta a las fumigaciones con dicho agrotóxico. La investigadora sostuvo que se trata de un gen marcador necesario dentro de una fase del proceso de desarrollo de la variedad para poder arribar al resultado principal, que sería brindarle al cultivo la característica de tolerancia a la sequía, la que se obtiene con la inserción de otro gen proveniente del genoma del girasol.
“No hay por qué usar el glufosinato. Pienso que muchas de las declaraciones no están fundadas correctamente”, sostuvo Chan en una entrevista al diario Clarín en octubre pasado. Un mes después, en diálogo con Rec Santa Fe, la investigadora insistió: “Este trigo se puede usar sin usar herbicida, si usted lo quiere sembrar con agricultura sin herbicidas lo puede usar, la tecnología es para tolerar estrés hídrico no para tolerar glifosato (NdR: quiso decir glufisonato)”.
En la presentación de la empresa TMG – Empresa Sementes (asociada a Bioceres) en la instancia de la audiencia pública ante la CTNBio por la solicitud de autorización de liberación para la comercialización del trigo HB4 —en forma de harinas aunque no se descarta también en granos— en el territorio brasileño, se sostuvo expresamente lo que Raquel Chan señaló en los medios.
“El Sr. Alexandre García (TMG – Empresa Sementes) explicó que la discusión sobre los herbicidas no se lleva a cabo en el ámbito del CTNBio, asegurando que el glufosinato de amonio no está autorizado para su uso en el trigo en Argentina. Complementó que este herbicida sólo está autorizado para la desecación final en Brasil, lo que no ocurrirá en el trigo HB4, y afirmó que la presencia del gen del glufosinato no significa que la planta muestre tolerancia”, se lee en el acta simplificada de la audiencia celebrada en octubre pasado.
Esas manifestaciones volcadas en un expediente administrativo tienen una entidad de declaración jurada y en el caso de comprobarse su falsedad puede ser el disparador para la solicitud de declaración de nulidad del proceso, dado que esa información —en este caso sobre el trigo transgénico HB4 y su asociación al glufosinato de amonio—, es esencial y vicia el proceso de autorización estatal al inducir a una decisión administrativa bajo una motivación aparente sobre la inexistencia de riesgos.
Por ello, habiéndose comprobado que la empresa Bioceres, luego de celebrada la única audiencias pública ante la CTNBio, empezó en Argentina a ofertar las variedades de trigo transgénico con tolerancia a la sequía y glufosinato de amonio, anexando un paquete tecnológico que comprende a este último, inclusive con una recomendación de aplicación mínima de dos litros por hectárea —el trigo HB4 lleva inserto una secuencia genética que le brinda una tolerancia de hasta 20 litros/kilos por hectárea—, dicha información sumamente relevante fue puesta a disposición inmediatamente de las organizaciones brasileñas nucleadas en la Campaña Permanente contra los Agrotóxicos y por la Vida.
A partir de esa información, las organizaciones brasileñas comenzaron a diagramar en tiempo récord una estrategia que derivó en la presentación de un oficio (equivalente a un reclamo administrativo en Argentina) ante la CTNbio y el Ministerio Público Federal de Trabajo, denunciando las falsedades expuestas por la empresa Bioceres, a través de su mandataria en Brasil, en la audiencia pública convocada por la entidad regulatoria de Organismo Genéticamente Modificados (OGM) brasileña en el trámite aprobatorio del trigo HB4.
La presentación que frenó la aprobación del trigo transgénico HB4
El oficio fue presentado a la CTNBio el martes pasado, dos días antes de la reunión ordinaria del organismo en la que trataría por tercera vez un nuevo intento de aprobación del trigo HB4. El escrito lleva la firma de las Organizaciones Asociación Brasileira de Agroecología, Agricultura Familiar y Agroecología, Asociación Campesina Nacional, Instituto Brasilero de Defensa del Consumidor, Asociación Nacional de Pequeños Agricultores y Tierra de Derechos, entre otras.
“Contrariamente a la información presentada por la empresa interesada, se advierte que el glufosinato de amonio ya está autorizado en otros cultivos transgénicos en Argentina, como el maíz, el algodón y la soja, y que el proceso de autorización para su uso en el cultivo de trigo es sumamente simplificado, pues el producto ya está autorizado en el país. Asimismo, la empresa Bioceres, en su página web de venta de semillas ‘Generación HB4’, al simular la venta de semillas a productores dependientes de las localidades argentinas para el cultivo de IND-ØØ412-7 o HaHB4, recomienda la aplicación de dos litros por hectárea del agroquímico glufosinato de amonio como parámetro mínimo”, sostenía la presentación hecha por las organizaciones socioambientales ante la CTNBio.
Y agregaba: “La información presentada en la audiencia contradice la resolución de la Comisión Nacional de Biotecnología Agropecuaria (Conabia) del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y lo publicitado en la página web de una de las empresas solicitantes. Basándose en esta información de que el glufosinato de amonio no se aplicaría en el cultivo de trigo transgénico en la Argentina, en la audiencia pública no se discutió uno de los temas clave para el análisis de riesgo de este trigo modificado: los efectos adversos para la salud de los residuos de glufosinato en los alimentos basados en este trigo”.
En ese tono, el oficio presentado por las organizaciones socioambientales brasileñas sostenía que “esta omisión deja sin efecto la Audiencia Pública y el deber del CTNBio de convocar nuevamente a la sociedad a un debate público, basado en información veraz” y exige que “además de los informes de los proponentes y de la literatura científica disponible, la información y los documentos de la audiencia pública deben ser considerados por el ponente del dictamen y por el pleno del CTNBio a la hora de tomar una decisión, tal y como determina el artículo 34 del Decreto 5591/05.”
Finalmente en el petitorio las organizaciones brasileñas solicitaron puntualmente:
- El aplazamiento de liberación del trigo HB4 hasta que se adapte el procedimiento de análisis de riesgos de bioseguridad de acuerdo con la legislación nacional.
- Determinar la delimitación de la solicitud de aprobación (si es solo harinas o también granos) por parte de Bioceres y la consecuente adaptación del procedimiento de análisis de riesgo según los requisitos de cada modalidad, de acuerdo con el Protocolo de Cartagena y la Ley de Bioseguridad.
- Exigir a Bioceres que presente debidamente los estudios e información sobre la inserción del transgen pat/bar para la tolerancia al glufosinato.
- Solicitar a Bioceres la presentación de datos experimentales sobre todos los requisitos del análisis de riesgos, incluidas las secuencias no deseadas.
- Abstenerse de aprobar la importación de grano de trigo transgénico hasta que se haya realizado un análisis de riesgo adecuado para su introducción deliberada en el medio ambiente.
Un nuevo intento de Bioceres para ocultar el glufosinato de amonio
En paralelo a la presentación del oficio, el martes se realizó el “Conversatorio urgente sobre la aprobación del trigo transgénico”, convocado por Naturaleza de Derechos y el Observatorio del Derecho a la Ciudad, que contó con la participación de la abogada popular Naiara Bittencourt, integrante de la ONG Tierra de Derechos y una de las coordinadoras jurídicas de la presentación ante la CNTbio. Bittencourt ofreció los apuntes sobre la presentación administrativa, que luego fue publicada en varios medios alternativos brasileños, entre ellos, el popular Brasil de Fato, en la que se resaltaba el proceder malicioso de la empresa Bioceres por la falsedad de la información brindada ante las autoridades regulatorias de OGM brasileñas.
Dado el alcance público que fue alcanzando la información que relacionaba directamente al portal de Bioceres y su programa HB4, en el que consta la inclusión dentro del paquete tecnológico del glufosinato de amonio, a primera hora del jueves la empresa agregó en el portal online que su uso era opcional. Pero con el correr de los minutos y ante la evidente probabilidad del aplazamiento por la CTNBio decidió suprimir directamente al glufosinato de amonio del menú de configuración de insumos, con el ardid de simular que el mismo ya no forma parte del paquete tecnológico.
Aunque en la torpeza de la acción le faltó suprimir también al Rizospray Extremo, cuya función está asociada exclusivamente a los agrotóxicos —herbicidas, insecticidas y fungicidas foliares—, ya que incrementa la penetración y aumenta la actividad biológica de dichas sustancias, sino no se entiende su recomendación si es que el trigo no va a ser fumigado con ningún agrotóxico.
El jueves 10 de junio, poco después de las 13, el objetivo de la presentación de las organizaciones brasileñas que resisten la aprobación del trigo transgénico, encontró su eco en la CTNBio al decidir el aplazamiento de la aprobación a fin “de solicitar informes adicionales a la empresa requirente para el proseguimiento de análisis y discusiones en la comisión”, tal como fue solicitado por el colectivo popular que lucha por la soberanía alimentaria y contra los impactos del modelo agroindustrial en Brasil.
Los medios locales dieron cuenta del importante paso dado para mantener firmes las esperanzas de que el trigo transgénico no sea aprobado en Brasil y con ello, no pueda ser liberado al ambiente en la Argentina. “El hecho de que CTNBio solicite información adicional a la empresa solicitante demuestra la importancia de alertar a científicos, investigadores, consumidores y organizaciones, quienes destacaron las inconsistencias presentadas en el dossier y la información reportada por las empresas en la audiencia pública celebrada en octubre de 2020”, celebró Bittencourt, asesora legal de la organización Terra de Direitos e integrante de la Campaña Permanente contra los Plaguicidas y por la Vida.