Por Agustín Colombo
A veces lo más brillante surge de una idea simple. Y Juan Pablo Barrientos –que es fotógrafo, reportero gráfico y diseñador, pero sobre todo es un cronista visual– hizo eso: salió con su Ford Fiesta a recorrer el conurbano que está ahí, a la vista de cualquiera, pero que por algún mecanismo de represión colectivo muchas veces negamos o ignoramos. Juan Pablo salió y mezcló esas imágenes con los textos y recuerdos de su viejo, dos décadas atrás, cuando la pobreza salía por televisión y el país se prendía fuego.
En esos márgenes olvidados rompió una decena de veces su Fiesta modelo 1997 y le puso el cuerpo y su cámara a un laburo autogestivo que debiera ser mostrado y difundido hasta que alguien advierta la real gravedad del drama social que nos atraviesa cada día.
Si la fotografía –o el cine, o el periodismo bien hecho, decimos acá– no puede cambiar la realidad pero sí puede mostrarla, como alguna vez escribió Donald Mc Cullin, acá está Conurbano, un libro que retrata con crudeza y arte nuestra patria baja.
Es más que un libro objeto, o un libro fotográfico: Conurbano es un golpe a la mandíbula, un grito desesperado.
Porque para hacerlo había que poner el cuerpo, pero solo con eso no alcanzaba. Había que sumarle método, talento, ojo y ejecución. Entonces, como alguna vez hizo el director brasileño Glauber Rocha con su manifiesto "La estética del hambre", Barrientos impregnó esas imágenes y esas escenas de una magia capaz de interpelar y hechizar a quien las observa, a tal punto de que se replantee la realidad absurda en la que vivimos.
*El libro se puede obtener coordinando con el autor a través de su Instagram desde este link
Fotos: Juan Pablo Barrientos