Por Mariángeles Guerrero
22 de marzo. Día Mundial del Agua. Hoy, en diferentes localidades del país, cientos de asambleas y organizaciones socioambientales, vecinos y vecinas, saldrán a las calles para defender el agua como un derecho. Se trata de la Segunda Marcha Plurinacional por el Agua para los Pueblos. El propósito de la actividad es “denunciar el sistema capitalista, extractivista, colonial, patriarcal y antropocéntrico que desde hace más de 500 años saquea el vientre de los territorios que habitamos, en beneficio de intereses que ven la vida y la naturaleza como una mercancía que debe ser explotada para ventaja de un puñado de extranjeros y argentinos sin escrúpulos”, según puede leerse en el documento consensuado a nivel nacional para la marcha. Las movilizaciones se realizarán en 46 ciudades, entre ellas Mar del Plata (Buenos Aires), Andalgalá (Catamarca), Rosario (Santa Fe), Neuquén capital y Resistencia (Chaco).
En el documento, las organizaciones que convocan a las actividades por el Día Mundial del Agua sostienen que es «imperioso un cambio de modelo en acuerdo con el buen vivir». El texto sostiene que la lucha es contra el agronegocio, los agrotóxicos, la industrialización animal, la generación de semillas transgénicas o la manipulación de plantas y animales, los desmontes e incendios.
El Artículo 41 de la Constitución Nacional protege el ambiente, el sistema y equilibrio ecológico y, en particular, el agua. “Es un deber constitucional del Estado y un rol indelegable, inalienable e intransferible proteger las fuentes de agua y garantizar su acceso en condiciones puras a toda la población”, afirman las asambleas socioambientales. Reclaman el cumplimiento del principio precautorio de protección ambiental y la Ley Nacional 27.566 (Acuerdo de Escazú), que garantiza el acceso a la información y a la Justicia, y la participación pública en asuntos ambientales.
La movilizaciones de hoy exigen al Estado argentino el encuadre legal del agua como un bien común, derecho público, gratuito, bajo soberanía popular, en forma indelegable, intransferible e imprescriptible. Además, el documento plantea el reconocimiento del agua como una forma de vida a la que se debe respetar. Piden que se reconozca al agua como sujeto de derecho, con toda la normativa legal que ello implica.
También reclama que se cumpla la legislación de presupuestos mínimos de Ordenamiento Territorial para preservar los bosques nativos como reserva biológica (Ley Nacional N°26.331) y la Ley de Protección de Ambientes Glaciares y Periglaciares (Ley Nacional N° 26.639).
«No estamos dispuestos a dar ni un paso atrás»
Carlos Herrera pertenece a la Asamblea Vecinos de Famatina, que se sumará a la movilización federal por el Día Mundial del Agua. Hace años que la comunidad organizada de La Rioja evita la instalación de un proyecto de la empresa Barrick Gold en el cerro Famatina para la extracción de oro y plata. Es una de las poblaciones que advierte el «agua vale más que el oro». En diálogo con Tierra Viva, Herrera afirma que «esta fecha particular la tomamos, pero al agua hay que defenderla todos los días. Nos puede faltar cualquier cosa, pero no el agua».
Herrera explica el impacto que la megaminería en el territorio. Alega que la zona del Famatina es semiárida, con un régimen de lluvia muy escaso durante el año. El agua proviene de la montaña que defienden: «En La Rioja es el único cerro que se puede ver nevado durante todo el año». El deshielo es la fuente que permite a los lugareños acceder a agua pura. «Gracias a esta montaña es posible la vida en Famatina, en Chilecito y en el resto de los pueblos que reciben el agua del cerro, no siempre de manera superficial sino de manera subterránea y brotando en las vertientes de otros lugares lejanos», grafica.
El departamento riojano de Famatina tiene una amplia producción de nueces, damascos, duraznos, membrillos, manzanas, peras y hortalizas. «La tierra es muy buena, nos permite crear un montón de posibilidad de producción de alimentos», describe el entrevistado. Pero este equilibrio se ve interrumpido cuando aparece una minera. El agua glaciar que permite la vida y la producción en la región es la misma que disputan las empresas que precisan el recurso para explotar industrialmente los minerales del suelo. Se trata de un bien común que las familias de Famatina y la zona no están dispuestas a compartir con una minera. «La Rioja está resistiendo y no tenemos intención de ceder. No estamos dispuestos a negociar nada con las mineras. No estamos dispuestos a dar ni un paso atrás», enfatiza Herrera.
Contra los negocios que saquean el agua
Paraná es otra de las localidades que participa de las movilización nacional en defensa del agua. La actividad en la capital entrerriana se anticipó a la fecha conmemorativa y se organizó un festival con 60 artistas para generar conciencia el domingo pasado. «Estamos expuestos a la contaminación y a grandes sequías, producto del cambio climático y del modelo agroindustrial. En las ciudades tenemos problemas con el suministro de agua y el tratamiento de los líquidos cloacales», indica el activista paranaense César Baudino.
La ciudad se extiende a orillas del río homónimo, pero Baudino advierte que la población está «consumiendo agua de dudosa calidad por la contaminación que hay». Responsabiliza a la producción agroindustrial, el desmonte y el uso irracional del agua por parte de algunos privados. «No hay controles del uso del agua por ejemplo con el cultivo de arroz», cuestiona. «En el Delta del Paraná y en el Predelta los desvíos de los cursos de agua son para iniciativas privadas», denuncia. Por otro lado, la zona es afectada por el proyecto de hidrovía que avanza sobre el curso fluvial y sus ecosistemas. El freno a la Hidrovía Paraná-Paraguay es uno de los ejes de la movilización nacional.
Al respecto, las organizaciones manifestaron su rechazo a la hidrovía «por ser parte de un proyecto IIRSA de neocolonialismo, privatización, dependencia, saqueo y contaminación de este inmenso sistema hídrico denominado ‘Cuenca del Plata’, que posee una de las reservas de agua dulce superficiales y subterráneas más importantes» del planeta.
Novecientos kilómetros al sur, las organizaciones socioambientales de Mar del Plata se organizan para sumarse a la convocatoria, con una actividad en el centro de la ciudad. «Desde hace muchos años venimos peleando contra el agronegocio, que impacta en la zona periférica por las fumigaciones; contra la contaminación que esto produce en los cursos de agua, en los arroyos y en las napas de agua subterráneas», cuenta la activista Fernanda Genova, integrante de la Asamblea por un Mar Libre de Petroleras.
A su vez, la entrevistada señala que «hay un proceso muy importante de lucha en relación a la recuperación de espacios costeros que han sido privatizados y apropiados de manera clandestina por gente que intenta lucrar con eso. También luchamos por defender zonas donde hay humedales que se vienen perdiendo por el negocio inmobiliario».
Pero este año la movilización en la Costa Atlántica tiene otro matiz, en el contexto de la oposición social a la instalación de plataformas petroleras en el mar. «Es necesario seguir sosteniendo acciones en la calle mostrando cómo los extractivismos impactan sobre nuestros territorios, nuestras comunidades, nuestros ecosistemas y nuestras vidas», dice Genova.
Para la integrante de la Asamblea por un Mar Libre de Petroleras, «el agua unifica esas luchas». Por eso —añade— «estas convocatorias se dan en el marco de la unidad de muchas resistencias que se llevan adelante en distinto puntos del país donde el extractivismo avanza y genera impactos ambientales gravísimos».
La convocatoria plurinacional en defensa del agua llama además manifestarse contra la megaminería metalífera, radiactiva y evaporítica, la instalación de una nueva planta nuclear pactada con China, las represas, las pasteras, las curtiembres, las salmoneras, los basurales a cielo abierto, el enterramiento e incineración de residuos, la contaminación cloacal, la sobrepesca y la privatización de los espacios públicos y el agua.
Pasan los gobiernos, el extractivismo queda
Las organizaciones que convocan a la Segunda Marcha Plurinacional en Defensa del Agua denuncian la responsabilidad del gobierno de Alberto Fernández, sus ministros y gobernadores, «en el saqueo que genera el extractivismo planificado como política de Estado«. También señalan las responsabilidades penales, civiles, políticas, económicas, culturales y sociales por promover medidas favorables a las corporaciones como Barrick, Monsanto/Bayer, Chevron, Equinor, Shell, YPF, Pan American Silver, Lundin y Yamana Gold, entre otras. Por ejemplo: cuestionan el impulso oficialista de los proyectos de Ley de Hidrocarburos o la Ley Agroindustrial. También denuncian que la Ley de Humedales haya sido cajoneada y que no haya claridad respecto a los inventarios de agua a nivel nacional.
Las asambleas ponen la lupa sobre el incumplimiento del Convenio 169 de la OIT y de la Ley 26.160 de Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas y sus prórrogas. En este sentido, demandan la efectiva titularidad de la propiedad comunitaria indígena con sus fuentes de agua; que se cumpla con la legislación nacional de políticas indígenas y se respete la Declaración de Kyoto de los pueblos indígenas sobre el agua, adoptada en 2003.
También llaman la atención sobre la responsabilidad gubernamental en los incendios que arrasaron gran parte de la mesopotamia y miles de hectáreas en 16 provincias, «por no haber asignado presupuesto para su prevención ni para su combate».
Mientras el agua cotiza en la bolsa de Wall Street, la movilización popular dice basta a los desalojos, al arrinconamiento y al empobrecimiento de las comunidades originarias. Reclama además Justicia para quienes dieron su vida en defensa de los territorios y su recuperación para un buen vivir. Demandan que se deje de criminalizar la protesta social, ambiental y cultural: «Defender el agua, los territorios y la vida no es delito».
Desde La Rioja, Herrera expresa que para el extractivismo no hay grietas. «Las de hoy podrán ser acciones chiquitas o grandes en todo el país, pero la fecha no puede pasar inadvertida porque el extractivismo está cada vez asentándose más y no depende del gobierno de turno. Ni el oficialismo ni la oposición le han dicho que no jamás», argumenta.
El activista riojano afirma: «Ante el pago de la deuda con el Fondo Monetario Internacional, la garantía son nuestros bienes comunes y entendemos que este modelo se va a profundizar, por eso la necesidad de salir a la calle. Hoy por el Día del Agua, mañana por el Día de la Tierra: por todas las causas que sean en defensa de nuestros territorios«.