"El actual sistema está inclinado hacia la destrucción, no a la preservación", señaló el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, durante la Cumbre de la Biodiversidad en la que se evaluó el incumplimiento del acuerdo global para proteger la biodiversidad, ratificado en Nagoya, Japón, en 2010. “La humanidad está librando una guerra contra el medioambiente y necesitamos reconstruir nuestra relación con ella”, sostuvo Guterres.
El titular de la ONU habló en la apertura de la Cumbre de la Biodiversidad, que sesionó en paralelo a la Asamblea General a fin de septiembre, y convocó a los gobiernos --Estados Unidos es el único país que no confirmó el acuerdo de Nagoya-- a tomar medidas ambiciosas para proteger el ambiente debido a que con “demasiada frecuencia sectores gubernamentales pasan por alto o minimizan la salud ambiental”.
“La biodiversidad y los ecosistemas son esenciales para el progreso y la prosperidad humanos. Sin embargo, a pesar de los reiterados compromisos, nuestros esfuerzos no han sido suficientes para cumplir con ninguno de los objetivos mundiales de biodiversidad establecidos para 2020”, sinceró el secretario general el fracaso de los acuerdos y apuntó que la deforestación, el cambio climático y la transformación de áreas silvestres para la producción de alimentos están destruyendo la “red de vida de la Tierra”.
Biodiversidad en letra muerta
En 2010, en Nagoya, Japón, 190 países ratificaron el Convenio sobre la Biodiversidad Biológica el que establecieron, entre otras metas, reducir a la mitad la pérdida de hábitats naturales y aumentar la superficie de tierra del mundo ocupada por reservas naturales al 17% para 2020.
Sin embargo, la ONU reconoció el fracaso de ese objetivo a partir de estudios de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) que reflejaron como las tasas de extinción de especies son actualmente de cientos de veces más altas que los promedios históricos.
"Más del 60 por ciento de los arrecifes de coral del mundo está en peligro por la sobrepesca, prácticas destructivas y el cambio climático. Las poblaciones de fauna están cayendo por el sobre consumo, el crecimiento de población y la agricultura intensiva”, describió Guterres.
“Permítanme ser claro --dijo dirigiéndose a los jefes y jefas de Estado-- la degradación de la naturaleza no es un problema puramente ambiental. Abarca la economía, la salud, la justicia social y los derechos humanos. Descuidar nuestros preciosos recursos puede exacerbar las tensiones y los conflictos geopolíticos.” En el particular contexto mundial, el secretario general recordó que una de las consecuencias del actual "desequilibrio" con la naturaleza es la aparición de enfermedades mortíferas como el sida, el ébola y ahora la Covid-19.
Desde la virtualidad forzada por la pandemia del coronavirus, el titular de la ONU indicó que el 60 por ciento de todas las enfermedades conocidas y el 75 por ciento de las nuevas enfermedades infecciosas son zoonóticas, “pasando de animales a humanos y demostrando la íntima interconexión entre la salud de nuestro planeta y la nuestra".
Nuevas promesas para la biodiversidad
La Cumbre de la Biodiversidad, coordinada por la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se promovió para revisar el cumplimiento del convenio como el protocolo de Cartagena y Nagoya, y sentar la base de un próximo acuerdo en la conferencia de la Convención sobre Diversidad Biológica o COP15, que se realizará en mayo de 2021 en China, donde se espera alcanzar un documento de nivel diplomático como el Acuerdo de París.
“Esta Cumbre es nuestra oportunidad de mostrarle al mundo que hay otro camino. Tenemos que cambiar de rumbo y transformar nuestra relación con el mundo natural”, consideró Guterres e insistió con que "la biodiversidad y los ecosistemas son esenciales para el progreso y la prosperidad humana".
El presidente chino Xi Jinping participó de la apertura de la cumbre por ser el anfitrión del próximo encuentro y reconoció que la pérdida de biodiversidad es una clara amenaza para la humanidad que requiere "esfuerzos sin demora". Sin embargo, no anunció ningún nuevo compromiso por parte de su país, uno de los más contaminantes.