“En ningún momento el fiscal se acercó a dialogar con nosotros. Entraron directamente a reprimir. Eran más de 300 policías para 52 familias que ahora, otra vez, nos quedamos sin nada, en la calle”, le dice a Tierra Viva Verónica, una de las vecinas del barrio La Esperanza, un predio en la zona noroeste de General Roca que fue desalojado esta mañana tras un violento operativo que incluyó decenas de personas heridas y 11 detenciones.
A cargo de la fiscal jefe Graciela Echegaray y el fiscal Ricardo Romero, el operativo -del que participaron efectivos de la Policía de Río Negro y grupos especiales COER- se extendió a más de dos kilómetros del lugar, con persecuciones que incluyeron ingreso a domicilios, en los cuales las fuerzas de seguridad provocaron destrozos y realizaron detenciones.
“Estábamos acostados con los nenes, llegó mi yerno que había ido a apoyar a la gente de la toma y atrás llegaron un montón de policías. Cerré con llave. Tiraron la puerta abajo, rompieron los vidrios y tiraron gases dentro de mi casa. Mi hija es asmática. Tuve que sacar a los nenes por la ventana porque no podían respirar. Mis criaturas traumadas, tienen 8 y 5 años. Lloraban. Me destrozaron la mesa y las ventanas. Dispararon por el pasillo”, denunció una mujer que vive a más de 20 cuadras del lugar donde ocurrió el desalojo.
En el terreno que fue desalojado esta mañana desde hace 5 meses vivían 52 familias, muchas de las cuales se habían quedado sin vivienda a raíz de la pandemia. Las tierras, cedidas por la dictadura militar a la Asociación Patriota Tiro Federal, no eran utilizadas antes de que se levantara el barrio “La Esperanza”, según declararon los vecinos.
“No les importó que hubiera niños, ni mujeres embarazadas, vinieron directamente a reprimir. Disparando balas de goma, pegando y empujando a todo el mundo. Se llevaron a gente detenida. Parecemos delincuentes y solo estábamos viviendo con nuestras familias en tierras donde antes era un basural, porque este terreno era un polígono de tiro que estaba en desuso, lleno de basura, y recién cuando nosotros entramos empezaron a reclamarlo”, le dice a Tierra Viva un vecino que, refugiado en casa de un familiar junto a su esposa y tres hijos pide que no se publique su nombre: “Es que no sólo nos corrieron como animales, sino que después nos persiguieron varias cuadras. Yo quiero que se sepa lo que ocurrió pero me da miedo lo que le pueda pasar a mi familia”.
Diferentes medios provinciales reproducen el comunicado oficial donde se asegura que se trató de un “procedimiento con normalidad”, y que “se realizó en forma pacífica y que no había presencia de niños en el predio".
Sin embargo, vecinas y vecinos desmintieron esta información a Tierra Viva. “Les apuntaron a los chicos, rompieron todas las casas y las prendieron fuego. También todas nuestras pertenencias. Una mujer embarazada terminó internada porque la policía la empujó cuando ella se interpuso para que no le apunten a los nenes”, dice otra vecina, que denunció que entre los detenidos “se llevaron a nuestro abogado, Miguel Ángel Zeballos”.