El Movimiento Nacional Campesino Indígena Somos Tierra (MNCI-ST) manifestó su rechazo al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que impulsa el gobierno nacional. Además, ratificaron “el rumbo estratégico de lucha por la soberanía alimentaria, el derecho a la tierra y al territorio”.
Frente al escenario de ajustes que se avizora por el acuerdo con el FMI, el MNCI-ST sostuvo mediante un comunicado que “primero está la deuda interna con el pueblo”. Además, resaltaron la importancia de seguir apostando a la producción de alimentos para el mercado interno. “América Latina atraviesa un periodo de cambio, con nuevos gobiernos populares y progresistas que invitan a retomar la agenda de la patria grande”, contextualizaron, y aseguraron que “de la mano de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC)-Vía Campesina contribuiremos a la unidad latinoamericana y a la lucha contra las amenazas y agresiones imperialistas de Estados Unidos”.
Diego Montón, productor mendocino e integrante del MNCI-ST caracterizó la presente coyuntura como el inicio de “un año de luchas en pos de avanzar con la agenda postergada del sector”. Al respecto, puntualizó: “Seguimos esperando distintos compromisos en torno al acceso a la tierra, a la regularización de la tenencia, al avance en términos de los relevamientos y adjudicación de los territorios comunitarios de pueblos indígenas; pero por sobre todo a la agenda de políticas públicas para fortalecer y consolidar la soberanía alimentaria de nuestro pueblo”.
Sobre el acceso a la tierra para familias campesinas, el gobierno nacional dejó caer el proyecto de ley que generaba un fondo fiduciario de crédito con el fin de que pequeñas y pequeños productores accedan a un préstamo para comprar las parcelas necesarias para cultivar. La iniciativa parlamentaria no fue incluida en el temario de las sesiones extraordinarias y perderá estado parlamentario el 1 de marzo.
En la agenda de tratamiento legislativo sí fue incluido, en cambio, el proyecto de Ley de Promoción Agroindustrial, que aspira a maximizar la producción de granos y de cabezas de ganado con fines de exportación. Es decir, para generar divisas en el marco de las negociaciones que lleva adelante el Gobierno con el FMI. Montón explicó que el sector que produce alimentos para el mercado interno sigue sin poder acceder a recursos, a créditos, a capital de trabajo y a posibilidades de fortalecer el agregado de valor, “mientras que el sector corporativo, trasnacional, concentrado sigue aumentando sus ganancias a costa de los programas de emergencia del Estado Nacional”. Por lo tanto, el dirigente del MNCI-ST llamó a “fortalecer la movilización y la lucha, insistiendo en que la deuda es primero con el pueblo, convencidos y convencidas de que el derecho a la alimentación saludable es un derecho que debe ser efectivo en nuestro país”.
Entre los reclamos del Movimiento Campesino Indígena se encuentran el cumplimiento efectivo de la Ley 26.160 de Emergencia Comunitaria Indígena , la aprobación de una Ley de Acceso a la Tierra y el reconocimiento de Áreas Campesinas. “Esperamos que este año el Frente de Todos cumpla con sus compromisos asumidos en torno a un sector que está siendo relegado de la agenda parlamentaria y política”, afirmaron desde el MNCI-ST.
En el comunicado, consensuado y redactado por los delegados provinciales en Chos Malal (Neuquén) expresaron que “tras haber superado, mediante la resistencia y la lucha, los cuatro años del macrismo que desmanteló el Estado, las instituciones, el financiamiento y sus políticas para el sector, sumado a una fuerte ofensiva en los territorios habilitando al capital financiero al saqueo de nuestras tierras y bienes naturales, hoy la agricultura familiar campesina e indígena sigue esperando respuestas”.
Asimismo, desde la organización manifestaron que, conscientes del impacto de la pandemia de Covid 19, “redoblaron esfuerzos en la producción y comercialización justa de alimentos, postergando los reclamos en medio de la crisis”. Sin embargo, hoy ven cómo los sectores concentrados y corporativos crecen mientras sus demandas no son escuchadas. En ese sentido, agregaron la necesidad de que “el recortado presupuesto que tiene nuestro sector llegue a todas las organizaciones y no sólo a algunas”.
Las juventudes campesinas, contra el acuerdo con el FMI
Del encuentro realizado en Chos Malal también participaron jóvenes productores y productoras de alimentos de San Juan, Mendoza, Córdoba, Jujuy, Río Negro, entre otras provincias. Francisco de Macedo, productor cordobés, aseveró que “las juventudes necesitamos políticas que lleguen a los territorios, a las casas de nuestras compañeras y compañeros en el campo y en la ciudad”.
Al respecto, De Macedo precisó: “Necesitamos que la tenencia de la tierra sea real, que la Ley 26.160 sea regularizada para que las juventudes podamos quedarnos en los lugares donde nacimos y elegimos producir alimentos para un modelo más sano e inclusivo”. A su vez, agregó: “La deuda con el pueblo es una urgencia; el FMI puede pasar a un segundo plano después de que las demandas sean atendidas en las juventudes y en todas las organizaciones sociales del campo y de la ciudad”.
Fortalecer las redes de mujeres campesinas e indígenas
Marcela Montaña es una productora sanjuanina que también estuvo en el encuentro de Chos Malal. “Participé en el Área de Feminismo Campesino y Popular, compartiendo las realidades en cada uno de los territorios y lo que vive cada compañera”, relató. En ese marco, las mujeres del campo que produce alimentos trazaron el desafío de fortalecer a las compañeras en toda el área de producción, de realizar acompañamientos en situaciones de violencia de género y de capacitarse para comercializar a un precio justo productos sanos. Mientras tanto, planifican un nuevo encuentro nacional, que se realizará en mayo.
“Nos trazamos el desafío de trabajar en conjunto todas las provincias para poder visibilizar lo que hacemos las mujeres no solo en la parte productiva, sino también en el cuidado y en la economía del hogar”, sintetizó Montaña. “El objetivo es compartir y elaborar juntas una agenda para trabajar en la producción de alimentos sanos e inocuos y seguir participando en estos encuentros que nos enriquecen y nos fortalecen como mujeres indígenas y campesinas, de acuerdo a las realidades de cada territorio”, concluyó.