Argentina acaba de presentar el 31 de diciembre del 2020 su Informe sobre Cambio Climático (Segunda Contribución Determinada a Nivel Nacional sobre Cambio Climático) y nos parece importante el análisis de este documento tanto en término de diagnóstico como de propuestas.1
Podemos inferir que, si bien los datos sobre las emisiones son del 2016, siguen siendo los mismos, cuando menos. Considerando los aportes de los distintos subsectores que remiten directamente al impacto en las emisiones del agronegocio nos encontramos con:
- Un 9,8 % proveniente de cambio de uso de suelos y silvicultura que claramente son resultado de la expansión de los monocultivos agrícolas o forestales. Sirva como ejemplo la deforestación en la región del Chaco argentino que es una de las zonas más afectadas y donde “se devastaron unas 300 mil hectáreas anuales entre 2010 y 2015. Más de 80% del Chaco argentino se convirtió en tierra para pastos y producción agrícola, entre 1999 y 2014, hubo un aumento de la superficie destinada a la producción de soja del 85%”.2
- Un 21,6 % proveniente de la ganadería, en su mayor parte con sistemas de producción industriales. Sólo como ejemplo, 85 % de la carne vacuna es producida en feedlots.3
- Un 5,8 % proveniente de la agricultura, que sin duda responde a los monocultivos industriales transgénicos que cubren la mayor parte de la superficie agrícola del país. Según los datos del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA) para 2018, el 100% de la soja y el 78% del maíz plantado en el país eran transgénicos, lo que lo convierte en la tercera mayor área con plantaciones transgénicas del mundo (unas 23 millones 900 mil hectáreas, 12% de la superficie mundial).
El mismo Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (GEI) del año 2017 (4) identifica un 39 % proveniente de la agricultura, ganadería y otros usos del suelo.4 A estos claros componentes de las emisiones hay que agregarle los que aportan otras etapas de la cadena industrial de producción de commodities agrícolas, desde la etapa anterior a la actividad productiva hasta el transporte (ya que el transporte de granos y ganado hace un aporte significativo a ese rubro). También es importante incluir, aunque no esté incorporado en este informe, la contribución del transporte de granos hacia sus destinos de consumo (China y la UE principalmente) y la refrigeración de las carnes que se exportan, que hacen un aporte significativo a las emisiones de GEI.
El informe especial del IPCC de 2019 sobre el Cambio Climático y la Tierra amplía el enfoque estricto en los bosques y la agricultura al medir que entre el 21% y el 37% de las emisiones globales provendrían de toda la cadena agroalimentaria mundial, incluidas las emisiones previas y posteriores a la actividad productiva, contabilizando la maquinaria, los fertilizantes, el transporte, almacenamiento, procesamiento, empacado, etcétera.5
En 2014, GRAIN calculó que entre 44% y 57% del total de GEI provienen del sistema agroindustrial de producción de commodities: la deforestación representa entre 15% y 18% de las emisiones globales; el sector de producción de commodities entre 11% y 15% (en gran parte debido al uso de combustibles fósiles con maquinaria, extracción, transporte y empacado de fertilizantes y otros plaguicidas); transporte/infraestructura de logística de alimentos en circuitos largos que representan del 5 al 6% de los GEI; el procesamiento y empacado, un 8 al 10% (incluida la producción de plástico); la refrigeración, del 2% al 4% de los GEI; y el desperdicio de alimentos del 3 al 4% de los GEI.6 El informe reciente del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) informa del 8 al 10% con pérdidas y desperdicio en la cadena agroindustrial.
De esta manera y a partir de un piso de 39 % podemos constatar que las cifras se acercan a los resultados que GRAIN ha obtenido en sus investigaciones cuando visibiliza el impacto en el clima de todas las etapas involucradas en el modelo industrial de producción de commodities e incluso su intrínseca dependencia de los combustibles fósiles. También se puede constatar el altísimo impacto de la ganadería industrial: “Las más grandes compañías de cárnicos y de lácteos del mundo podrían superar a Exxon, Shell y BP como los contaminadores climáticos más grandes del mundo en los próximos decenios. En un momento en que el planeta debe reducir drásticamente sus emisiones de gases con efecto de invernadero (GEI), estas corporaciones gigantes de las proteínas animales globales están impulsando el consumo mediante el aumento de la producción y las exportaciones”.7
Sin embargo cuando nos ponemos a analizar las propuestas gubernamentales para responder a la crisis climática nos encontramos que no hay un abordaje que permita enfrentar la problemática y que por el contrario (y como ocurre en la mayor parte de los casos a nivel global) se plantean falsas soluciones que no harán más que agravar los problemas existentes.
Analizamos a continuación algunas de estas falsas soluciones incluidas en el documento oficial.
1. El objetivo planteado en las propuestas nos habla de “El crecimiento de la producción hacia 2030 será el resultado de un cambio estructural para la producción sostenible, compuesto por políticas activas que promuevan la recuperación económica teniendo como eje la promoción de las exportaciones, el crecimiento del mercado interno y el incremento de la productividad y la eficiencia en base a medidas que fomenten la creatividad y la innovación”. La inclusión en el discurso de la producción “sostenible”, no parece estar acorde con los ejes luego desarrollados de promoción de las exportaciones, el incremento de la productividad y la innovación propuestas. Más parece ser, como veremos más adelante, un discurso de maquillaje verde para que nada cambie sustancialmente.
2. En el área de la agricultura, ganadería, pesca y bosques se plantea que “La producción agropecuaria y agroindustrial continuará representando uno de los aportes más significativos al PIB nacional, como fuente de empleo y como generador de divisas. En 2030, el aumento en la producción total de granos se producirá merced al incremento de los rendimientos agrícolas y sin que ello implique un aumento significativo de la superficie agrícola efectiva. Para ello, se pondrán en funcionamiento instrumentos de política pública que generen incentivos a la intensificación agrícola innovadora, promoviendo la implementación de nuevas tecnologías y prácticas”. Nuevamente un planteo de crecimiento de la producción sin cuestionar el modelo y basado en suposiciones. Sin duda, y como ha estado ocurriendo desde la introducción de la soja transgénica en Argentina, la superficie agrícola seguirá creciendo a costa de ecosistemas frágiles y sensibles. Los datos recogidos por el Atlas del agronegocio transgénico en el Cono Sur son contundentes: se destruyeron 5,6 millones de hectáreas de bosques entre 1998 y 2017 y se pasó de usar 35 millones kg/l de glifosato en 1997 a la aplicación de 240 millones de kg/l en el año 2017 con un pico máximo de 20 millones 500 mil hectáreas de soja transgénica cultivada en 2015.8
Y la “intensificación agrícola innovadora” y las “nuevas tecnologías” serán, como ya se está proponiendo, la imposición de paquetes tecnológicos como el Agtech propuesto por Bill Gates a nuestro país que solamente incrementarán el control corporativo sobre nuestra agricultura sin modificar un ápice su impacto en la crisis climática.
3. En el tema ganadería la propuesta es “un aumento en la producción de carne para abastecer al mercado interno y mejorar el desempeño exportador, a través de un mecanismo de doble vía: por un lado, el aumento en la productividad del rodeo y, por el otro, el incremento en el volumen de carne producido por animal faenado”. Traducido a un lenguaje comprensible lo que se propone es seguir avanzando con el modelo de ganadería industrial, feedlots y cría industrial de cerdos y aves de corral que seguirán aportando cantidades cada vez mayores de GEI. La propuesta de un acuerdo con China para crear megafactorías de cerdos es una muestra clara de lo que se intenta realizar.
4. También se prevé que “La superficie de plantaciones forestales se aumentará al 2030 a través de la ampliación de los regímenes de promoción vigentes”. Lo que en otra parte del documento llaman bosques implantados, fortaleciendo una falsedad muy grave. Ese incremento de las plantaciones forestales será sin duda otra causa más de la continuidad de las deforestaciones en nuestro territorio y un aporte más a alimentar las falsas soluciones como los mecanismos REDD+ que Argentina se plantea usar como parte de los mecanismos de mercado.
5. Finalmente en el capítulo Relaciones Exteriores se expone que “El comercio internacional contribuye al desarrollo y a la creación de empleo, por lo que deben evitarse la adopción de barreras al comercio internacional con objetivos de cambio climático”. Esta declaración de fe hacia el Libre Comercio entra en contradicción directa con la posibilidad de frenar las emisiones de GEI como muchos estudios lo vienen demostrando. La reciente auditoría ambiental del posible Acuerdo Mercosur-UE ha dado claros datos al respecto. En la misma encontramos que para toda la región las emisiones procedentes de aumentar el comercio bilateral de ocho importantes productos agrícolas podrían incrementarse en un 34%.9
Estamos convencidos que las verdaderas soluciones llegarán de la mano de un cambio profundo en el sistema agroalimentario y que de esta manera se podrá comenzar a hacer un verdadero aporte a la reducción de los GEI a nivel nacional y en su contribución a esta problemática global; además de enfrentar los otros graves problemas que plantea el agronegocio: el crecimiento del hambre, el avance de la deforestación y la contaminación ambiental y de los pueblos por agrotóxicos entre otros.
Ya en 2019 el Primer Foro por un Programa Agrario Soberano y Popular planteó los ejes de lo que debe ser un nuevo modelo agrícola: “Queremos una Argentina con soberanía alimentaria, apostamos a un modelo de producción diferente, agroecológico, no extractivo, sano; en territorios integrados social, económica y culturalmente que constituyan un hábitat sostenible para todas y todos. Creemos en el derecho a la alimentación diversa y de calidad para toda la población. Sostenemos el carácter estratégico de nuestro planteo, que constituye una columna central de un Proyecto de Liberación Nacional, para enfrentar al Proyecto Colonial que expresa el capital concentrado y la acción/omisión de quienes ejercen el poder del Estado”.10 Una deuda pendiente que espera ser escuchada y que seguirá teniendo a los pueblos movilizados para lograrlo.
Referencias
1 Gobierno de Argentina, Contribución determinada a nivel nacional sobre cambio climático, 31 de diciembre de 2020 https://www.argentina.gob.ar/ambiente/cambio-climatico/contribucion-nacional
2 GRAIN, “Cercas digitales: cercamiento financiero de las tierras agrícolas en América del Sur,” 22 de septiembre de 2020, https://grain.org/e/65303
3 “Feedlot: el modelo argentino a contramano del mundo”, Valor Carne, 10-12-2020, https://www.valorcarne.com.ar/feedlot-el-modelo-argentino-a-contramano-del-mundo/
4 Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero, 2017, https://inventariogei.ambiente.gob.ar/
5 GRAIN y Grupo carta de Belém, “Clima, tierra y soberanía: narrativas climáticas sobre los territorios del sur global”, 28 de noviembre de 2019, https://grain.org/e/6369
6 GRAIN, “La soberanía alimentaria: 5 pasos para enfriar el planeta y alimentar a su gente”, 5 de diciembre de 2014, https://www.grain.org/es/article/5100-la-soberania-alimentaria-5-pasos-para-enfriar-el-planeta-y-alimentar-a-su-gente
7 GRAIN y IATP, “Emisiones imposibles: Cómo están calentando el planeta las grandes empresas de carne y lácteos”, 2 de agosto de 2018, https://www.grain.org/es/article/6010-emisiones-imposibles-como-estan-calentando-el-planeta-las-grandes-empresas-de-carne-y-lacteos
8 Acción por la Biodiversidad, Atlas del agronegocio transgénico en el Cono Sur, 2020, http://www.biodiversidadla.org/Atlas
9 GRAIN, “El acuerdo comercial Unión Europea-Mercosur intensificará la crisis climática provocada por la agricultura”, 25 de noviembre de 2019, https://www.grain.org/es/article/6356-el-acuerdo-comercial-union-europea-mercosur-intensificara-la-crisis-climatica-provocada-por-la-agricultura
10 Primer Foro por un Programa Agrario Soberano y Popular, 7 y 8 de mayo de 2019, http://foroagrario.org/documentos/